Un requiem es una pieza musical compuesta para un rito funeral, y desde la portada, los detalles del libreto, la imagen y la música, está cargado de ese binomio tan trascendental de Amor y Muerte, con unas gotas de locura, y otras de desesperación. En ese sentido, STRAVAGANZZA sigue fiel a un estilo que impresionó a propios y extraños en «Primer Acto», y que destrozó a extraños y propios en «Sentimientos», según mi opinión una obra que será difícil de superar.
Los cambios en ocasiones son traumáticos y en otras sirven para sacar a la luz nuevos elementos. Los elementos nuevos por un lado son Patricio Babasasa, que con su aportación al bajo ha seguido los patrones no fijados de Edu Fernández, dando en cada caso la potencia y consistencia necesaria, y aportando un tema de cosecha propia; y por otro la batería de Carlos Expósito, que ha soportado sobre sus espaldas la imposible labor de sustituir a Dani, además de también aportar un tema. Es un batería solvente, que sabe acoplarse a los momentos más desgarradores y a los más melódicos, es muy distinto a Dani, el cual era más colorista.
A estos cambios, hay que sumar otros quizás no tan notables, pero igual de importantes. Esta vez, y sustituyendo tras los controles al añorado Big Simón, ha sido el propio Pepe Herrero el que ha llevado la batuta. Ha dado presencia a partes iguales, dependiendo del tema, tanto a las orquestaciones, -con más presencia en este trabajo-, como a momentos de agresividad hasta ahora nunca vistos. Otro cambio fue la marcha de Leo de SARATOGA, que se quiera o no es un elemento a tener en cuenta, ya que este necesita cubrir ahora el sinfonismo y preciosismo que siempre ha hecho gala SARATOGA, con esa parte más extrema, más Heavy que ya quedaba cubierta en SARATOGA. De su voz y estilo, poco a decir que ya no se sepa, sigue siendo espectacular, sigue abusando de su poder vocal y seguirá desgarrando las vestiduras de quién no es capaz de ver más allá de sus narices.
Algunas guitarras tienen un sonido cercano al actual Metal-core, que han sido utilizadas en muchas ocasiones por Pepe en lugar de los consabidos solos. Quizás reste color y perfección a los temas, pero los dota de mayor poderío. El trabajo de Aroa Martín en los coros es digno de mención, tiene una voz realmente hermosa y cálida, y en ocasiones se echa en falta algo más de participación. Los violines de Rodrigo Calderón dan ese toque característico y dramático que muchos de los temas requieren.
Da la impresión, que tanto en la producción como en la creación, han pretendido jugar mucho con los contrastes, creando una montaña rusa de sonidos que no dejará a nadie indiferente, eso si, el trabajo requiere de mucha más paciencia que los anteriores. Los temas más agresivos, son en su mayoría de Leo, y los más intensos son obra de Pepe… un dato curioso.
El disco en si, es bastante diferente a sus dos predecesores, es más extremo en todos los sentidos: más instrumentaciones, letras más oscuras, y… sobretodo, una potencia en las guitarras que en parte era previsible. La vena extrema de la banda siempre ha estado ahí, y ahora ha aflorado, la gravedad de algunos riffs, y de algunas voces brutales hacen que los contrastes se vuelvan más extremos. Las orquestaciones tienen más presencia, aunque dependiendo del tema, están en segundo plano, o en primera línea.
El inicio con el potencial single «Deja De Llorar» enlaza con el estilo de «Sentimientos», un tema con un estribillo sensacional, en cierta medida épico y dramático, con final apoteósico a cargo de unos coros majestuosos. Aquí ya nos damos cuenta de que las instrumentaciones orquestales van a ser importantes.
Y si «Deja De Llorar» era la puerta de salida para «Sentimientos», «Grande» es la puerta de entrada para «Requiem». Ritmos machacones donde el doble bombo de Carlos juega un papel importante adentran un tema con un puente a medio tiempo que vuelve a estallar con una estrofa todavía más enérgica que la primera. Todo ello sirve para contrastarlo con un estribillo que es un suplica cargada de reminiscencias y estilos cercanos a su anterior trabajo. La parte instrumental tiene unas guitarras muy cercanas al sonido del actual Metalcore.
«Máscara De Seducción», poco a poco se va convirtiendo en una de las mejores del trabajo. Leo se defiende a la perfección en los tonos más bajos, y aquí hace gala de ellos; un ritmo inicial muy Heavy, se ve apagado en el puente por unas orquestaciones que allanan el camino a un delicado estribillo, con unos coros femeninos de fondo a cargo de Aroa Martín realmente memorables. El solo de Pepe es pretenciosamente sucio, fulminado por la elegancia del final de la parte instrumental.
«Hombre» tiene un riff y unos ritmos Death Metal, incluso la caja de la batería tiene una afinación más seca, pese a ser más densa que las anteriores. Encontramos un duelo vocal entre Molly de HAMLET, y Leo, donde comparten estrofas y estribillo. Un tema algo extraño que en su parte instrumental nos presenta una especie de cantos de sirena y un solo ahora sí, más pulido y con cierto toque oriental.
«Paraíso Perdido» es de Pepe, nuevamente el Leo más meloso navega sobre un riff potente, cegado por un violín que gana en presencia. Leo sube y baja a su antojo, y la guitarra en el solo muestra el lado más melódico. Un tema correcto, donde el estribillo se queda un poco a medias.
«Nudos» de Leo, un trallazo directo a la yugular. La batería sustenta el armazón de hierro de las guitarras adornado por la inmensa presencia de las orquestaciones, que en esta ocasión consiguen el equilibrio con las guitarras. Leo muestra su lado más salvaje con guturalidades, sobretodo al final del tema. El estribillo es pegadizo, nuevamente contrastando con la tosquedad del riff y de la parte instrumental, con la majestuosidad de las instrumentaciones y la brutalidad en las voces. Sostener un tema así es complicado, y han salido airosos del reto.
«El Día De Mañana» a buen seguro es de las que será más bien recibida en directo. El bajo de Patricio atruena, y una melodía con un puntito comercial hace el resto. Los coros femeninos, siempre cual cantos de sirena, van ganando en protagonismo cada vez más en un corte cargado de pesimismo.
«Perdido» es el tema de Patricio, para mi de los mejores. Un inicio brutal se calma ante la entrada de Leo en una estrofa impecable, que da paso a un estribillo magistral arropado por las instrumentaciones y con ciertos toques de modernidad en forma de samplers. Uno de los mejores temas del trabajo, totalmente emocionante.
«Hermanos» me ha recordado al «St. Anger» de METALLICA. No siento especial predilección por este álbum, pero los riffs son calcados al trabajo de Hetfield en este trabajo. Como casi todo en este trabajo, son contrastes tras contrastes, el estribillo es irresistible, melódico y pegadizo, todo lo contrario de una estrofa tosca.
«Tu Esencia» es la aportación de Carlos Expósito; tema oscuro, con una letra desgarradora, con un Leo más agresivo, más grave, bajo un fondo musical desnudo, exento de adornos orquestales. Aunque no sea un tema Doom, puede recordar por sonido y ambiente a trabajos como «Like Gods Of The Sun» de MY DYING BRIDE.
«Requiem» con sus más de siete minutos, es el momento cumbre del trabajo. Un homenaje sentido a aquellos que ya no están, con un Big Simon a buen seguro en la mente de Pepe Herrero cuando compuso semejante pieza. El dolor que es capaz de transmitir Leo con su voz trémula en la estrofa es palpable. El estribillo es denso, y una vez más majestuoso gracias a la labor en los coros.
«Inmortal», con piano y voz susurrante, es una breve melodía que sirve para cerrar un trabajo que sorprenderá a propios y extraños. Y la guinda, viene con la versión de «Eloise» de Barry Ryan que aquí inmortalizó el malogrado Tino Casal. A primera vista, y después de los devastadores resultados de «Hijo de la Luna», las mejores expectativas eran pocas para recibir a esta versión. Creo que no alcanza el poder de la anterior, y me esperaba más. Le falla algo, no es el tono, no son los músicos, pero quizás la versión de Tino era tan perfecta que es difícil superarla y abstraerse de compararla.
La esencia de este trabajo sigue siendo puramente la que ha dado la personalidad a STRAVAGANZZA, oscura, agresiva, épica y dramática. La forma ha cambiado, la agresividad también sirve para mostrar todos estos sentimientos. Así pues, aunque de forma diferente, STRAVAGANZZA sigue en la brecha con su casi inclasificable estilo. La palabra es «contrastes»… tenedlo en cuenta.
Àlex Sánchez Cerro.
alex_sanchez@rafabasa.com
Tracklist :
- Deja de llorar
- Grande
- Máscara de seducción
- Hombre
- Paraíso perdido
- Nudos
- El día de mañana
- Perdido
- Hermanos
- Tu esencia
- Requiem
- Immortal
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