Hace bastantes días, nuestro redactor J. José Jiménez estuvo escuchando gracias a la deferencia de su discográfica, el nuevo disco de los alemanes, que se edita en 17 de mayo. Así suena en su opinión, lo nuevo de los teutones:
RAMMSTEIN “RAMMSTEIN”
¡Diez años! ¡Diez años han tenido que pasar para que, por fin, tengamos un nuevo disco de RAMMSTEIN!
Un éxito cada vez más grande, giras más espectaculares, discos en solitario, rumores de que algunos de sus miembros no se llevan bien entre sí, sumado al hecho de lo meticulosos que son a la hora de dar un paso adelante, son algunos factores que han hecho que, hasta 2019 no podamos hablar y desgranar como es debido, el contenido de un disco tan esperado. Y por supuesto han vuelto cargados de esa controversia que siempre arrastran. Si no fuera así, no serían RAMMSTEIN.
Vuelven y lo hacen con una imagen tan simplista como una cerilla sin encender, sobre un fondo blanco. Con ese cúmulo de significados que se le puede dar a una portada como ésta. ¿Quiere decir que está a punto de prender y volver a incendiar -literalmente- los escenarios de todo el mundo? Por lo que puedo decir, en base al contenido sonoro y a los ríos de tinta que generará este homónimo disco, mi opinión es que sí. ¡Sin dudarlo un momento!
Entrando ya en lo que es el disco en sí, “Rammstein” conserva intacto todo lo que se puede esperar de la banda. Su característico sonido ha sido realzado gracias a una producción impecable en la que cada elemento, cada instrumento, predominan y suenan inmaculados, no exentos de la contundencia propia de los teutones. Esos temas de simple estructura, pero a la vez tan adictivos, enganchando a primera escucha, están ahí. No obstante, los miles de matices que nos ofrece también están a la orden, aptos para ser descubiertos poco a poco.
El disco está concienzudamente estructurado. Con una primera parte en la que van a lo seguro, a lo que los fans esperan de ellos desgranando ese sonido tan característico del que hablaba en el párrafo anterior. Más tarde se introducen algunos temas que bien podrían sonar en las discotecas de medio mundo (y no me refiero a zonas exclusivamente de metal). En la segunda mitad están los temas menos estandarizados; más oscuros, incluso. Para rubricar, tenemos tres canciones que nos devuelven la contundencia, los riffs pesados y esas composiciones que, en definitiva, son aptas para romper en los directos.
La primera maravilla que nos encontramos es “Deutschland”, single con el que nos dieron la primera pincelada del álbum hace ya más de un mes. Sus guitarras en ligados, como principal riff del tema, nos enganchará ya desde la primera escucha. Me encanta el sutil juego de coros en las estrofas, así como el lento interludio antes de las estrofas, en el que todo se para para que Till canta, con contundencia, las palabras “ich”, “du”, “wir”, “ihr” (“yo”, “tú”, “nosotros, “vosotros”). ¿Qué decir de su videoclip que no se haya comentado ya en las más de cuarenta y ocho millones y medio de visualizaciones en youtube? Toda una obra de arte visual, en la que se repasan varios episodios de la historia germana, repleto de matices, señales e incluso dobles sentidos. ¿Es una crítica a su país (el cual aparece representado como una mujer negra) o una oda hacia el mismo? Sin duda, me quedo con lo segundo. Aunque como casi siempre hace RAMMSTEIN, el mensaje no siempre viene de manera sencilla.
Seguimos con el segundo -y de momento último- de los adelantos en forma de single, un alucinante “Radio”, ultra pegadizo, con un dinámico ritmo de batería, bajo y guitarra donde la esencia tecno de RAMMSTEIN florece por vez primera en este álbum homónimo y unos teclados con un sencillo dibujo que destacan entre las estrofas. El estribillo es tan abierto que se hace idóneo no sólo para los directos, sino también para las pistas de baile. Tras el segundo de ellos, suben el riff de tono para que Flake lleve el peso melódico principal antes del final. De nuevo estamos hablando de otra maravilla de videoclip, esta vez en blanco y negro representando fielmente el contexto lírico de la canción, que no es otro que alabar la figura de la radio en la época de censura protagonizada por el muro de Berlín. Y más concretamente de algunas emisoras que se saltaban la prohibición de retransmitir lo impuesto por el régimen político en esa zona de Alemania.
Seguimos con “Zeich Dich” donde lo primero que me llama la atención es un coro operístico con el que se abre el tema y que se retomará poco más adelante en varios fragmentos. Las guitarras abren con acordes de triada mientras bajo y batería (esta última con una batería cargada de reverberación) aportan dinamismo con su ritmo. El estribillo se recrudece con un ritmo propio del thrash metal mientras Till entona con rotundidad las dos palabras del título.
“Ausländer” es un tema de música house. Sí, con los matices y estilo propios de RAMMSTEIN, pero un tema house, a fin de cuentas, lo cual me hace pensar que alguno lo va a odiar… ¡O no! Depende de cada cual. Los elementos electrónicos introducidos por Flake secundado por las guitarras de Paul y Richard son una pasada, en contraste con el puente melódico marcado por las marcadas líneas de teclado y una voz melódica, teniendo palmas sampleadas como elemento percusivo adicional. Por su lado, el estribillo es muy comercial, con guitarras y teclado marcando las mismas melodías a la vez que Till combina los idiomas alemán, francés e italiano en él. Y seguimos en esas mismas tesituras, porque “Sex” es todo un homenaje a DEPECHE MODE y más concretamente a su conocido “Personal Jesus”. Y es que una vez que comenzamos a escuchar ese ritmo, no es posible quitárselo de la cabeza… Las percusiones están muy trabajadas, así como los break entre cada estrofa y su correspondiente estribillo. El fragmento de puente que hay tras cada estribillo es súper coreable. Me lo estoy imaginando en un estadio…
Llegamos a la segunda parte del disco. Aquella que, como comentaba al comienzo del presente artículo, está protagonizada por temas más intimistas y oscuros. El primero de ellos es “Puppe” donde dos líneas de sencillos arpegios acústicos se superponen con algunos samplers que vienen y van de manera aparentemente aleatoria. Tras unos tres minutos así, creando una atmósfera enrarecida, el estribillo se abre hueco con un Till desquiciado, desgarrando su voz como nunca le había escuchado antes. Al poco, las guitarras eléctricas aparecen y la canción sube de intensidad. “Was ich Liebe” se compone de un ritmo muy básico con un riff de tres notas muteadas por la mano derecha y un estribillo algo más abierto, aunque no consigue sacarme esa sensación de tema lacónico; incluso más que su predecesor. “Diamant” es la corta balada, de sólo dos estribillos y apenas dos minutos y medio de duración. Pronto recuerda a “Frühling in Paris” de su anterior obra y me imagino que esos bonitos acordes de guitarra española deben ser obra del bajista Oliver, al igual que en aquella.
Llegamos al tramo final y con él vuelven los decibelios. “Weit Weg” es un tema netamente RAMMSTEIN aunque de nuevo viene cargado de sorpresas. En este caso, estamos hablando de unas voces muy melódicas para lo que estamos acostumbrados a escuchar a Till y unos sonidos de teclado distorsionado muy típico de los años setenta, donde Flake rinde todo un homenaje -desconozco si intencionado o no- al trabajo de Jon Lord -D.E.P.- en canciones como “Perfect Strangers”.
En “Tattoo” vuelven los riffs poderosos, metaleros e himnóticos. Tiene potencial para ser un nuevo clásico de la banda. La contundencia de su inicio sólo se ve silenciada por la parada que hacen las guitarras en cada estrofa para que la voz resurja poderosa, dejando un gran sabor de boca con el inesperado cambio de ritmo en cada uno de sus estribillos.
Por último tenemos “Hallomann”, dominado por un bajo que traza una línea melódica que más tarde se convertirá en el riff principal una vez que es emulado por las guitarras. Su coro no termina de romper la dinámica -acostumbrados al cambio que hubo en la anterior, se antoja algo anodino así tan de seguido- aunque cumple con su cometido. Los teclados aquí son muy locos y psicodélicos.
En definitiva, éste es el nuevo álbum de RAMMSTEIN. ¿Ha merecido la pena la espera? Por lo que a mí respecta, no hay duda de que sí. Aquellos que los adorábamos, tenemos ahora once nuevos motivos para hacerlo. Y quienes les odiaran, otros tanto para continuar en la misma línea. Un gran disco que nos hace pensar en cómo será todo esto trasladado al directo. Qué temas entrarán en la nueva gira, qué elementos escénicos, teatrales y pirotécnicos se asociarán con cada canción. Y en definitiva, deleitarnos con una de las más grandes bandas de los últimos años.
J. José Jiménez.
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«Una de las grandes bandas de los últimos años». Para mi, ya son una de las grandes de la historia.
Para mí también. Hoy en día pocas bandas llenan estadios ellas solas y Rammstein lo ha conseguido con su propia identidad. El estatus que han ganado es de banda grande.
El inicio del disco me gusta, con tres canciones made in Rammstein, a partir de ahí la cosa flojea, a excepción de la penúltima canción titulada Tattoo.
Los dos adelantos que sacó la banda me gustan, pero mis preferidas del disco son Tattoo y Zeig Dich
Me ocurre con RAMMSTEIN como con cada uno de sus discos: empiezan muy bien, pero se vuelven previsibles, ya que el grupo parece anclado a un estilo que los hace sonar repetitivos. No creo que los alemanes sean «uno de los grandes de la historia». Fue un grupo rompedor, pero ese ritmo casi militar que le imponen a muchos de sus temas los hace sonar algo monótonos. En cuanto a lo de llenar estadios, las luces, fuego y espectáculo hacen mucho. En realidad, y hablando estrictamente de música, lo que hacen se ajusta más a auditorios pequeños.
Ademas de espectáculo en sus directos, venden muchos discos y sus videos tienen muchas reproducciones en YouTube etc. Di cuantos grupos de metal en mes y medio tienen 50 millones de visitas, si como dices, interesa menos su música.
Antes de cualquier cosa, buena reseña, en mi opinión (dejando de lado los dos primeros sencillos que ojo, no son malas canciones, tampoco creo que trasciendan en temas ícononicos de la banda), de lo mejor a mi parecer es ZEIG DICH, la segunda mitad de HALLOMAN por que considero que incorpora esos elementos como los teclados y sonidos «electrónicos» que se incorporan de forma magnifica con el ambiente de la música, sin la necesidad de abrumar de estos elementos electrónicos, como en SEX y AUSLÄNDER (aunque claro en estas canciones estos elementos se incorporan premeditadamente para generar ese sonido), que estas dos utimas canciones seguro serán las que generen discusión, TATTOO. esa es mi breve y muy humilde opinión, no sé sí valió la pena la espera, solo nos queda disfrutar del albúm. saludos
El espectáculo han ido moldeándolo con el paso de los años, pero cuando empezaron no montaban la parafernalia de ahora y ya empezaban a llenar estadios en Europa. Con el Mutter llenaban en USA y en aquella gira apenas usaban pirotecnia… Rammstein es una banda que no es para todo el público, y para apreciar su música te tiene que gustar su estilo si no es difícil que escuches un disco entero. Esta banda ha logrado lo que tiene a base de jugársela en cada concierto, sobre todo al principio, cuando tenían pocas medidas de seguridad y se envolvían en fuego.