A finales de Septiembre salió el esperado segundo disco
de esta banda gaditana amante de «la magia de la esfinge» (cómo
a ellos les gusta decir) tras su debut «Sphinx» de 2001. La formación
capitaneada por el vocalista Manuel Rodríguez (que en este disco también
ha participado metiendo teclados, piano y orquestaciones varias, además
de ser el principal compositor de las canciones) sigue siendo la misma del primer
disco (Justi Bala y Santi Suarez cómo guitarristas y Carlos Delgado a
la batería) con la excepción del cambio de bajista (José
Pineda sustituye a Andrés Duende) y el teclista Nino Ruiz que ha abandonado
la formación (pese que ha colaborado con su ya ex – banda en el
disco).
Siguen bailando acertadamente entre el heavy más clásico
y el metal europeo actual pero decantándose (acertadamente bajo mi punto
de vista) por el sonido más antiguo antes que por los ritmos galopantes
sin más. En «Mar de dioses» navegan con buen tino entre melodías
preciosistas, ráfagas sonoras de aires clásicos (citar las influencias
Maiden son inevitables en este caso), velocidad manifiesta e intensidad creciente-decreciente
según el tono de la canción que estén atacando. Si con
«Sphinx» levantaron muchas expectativas con su propuesta clásica,
directa y «sencilla» (lo entrecomillo porque con esto ni quiero
decir fácil o simple en ningún momento), con este segundo disco
confirman que son una formación muy a tener en cuenta.
Se nota que han madurado su sonido y se han decantado por una
propuesta más intensa, con guiños progresivos en algún
tema, gusto por la melodía (y no sólo por la rapidez) y un notable
trabajo compositivo e instrumental. Esto junto con una acertada producción,
buenos temas en general (siempre hay algún pero cuando en un disco se
incluyen más de 10 canciones), una atractiva portada (realizada por Javier
Lara), la ilusión de un grupo nuevo pero aderezada por la seguridad del
que ya conoce el camino andado y un buen trabajo vocal e instrumental, hacen
de «Mar de dioses» un trabajo muy interesante y atractivo para los
tiempos que corren.
Quiero destacar a escala particular el buen trabajo vocal de
Manuel Martínez, aunando variedad, personalidad (pese a que por momentos
se le escapa su gusto por el tono menos agudo de Juan Gallardo, vocalista de
Angeles del Infierno) y potencia; las intensas melodías de guitarra que
presiden el disco; la variedad y calidad en la estructura de los temas y composiciones
de los mismos y el detalle de incluir teclados sólo y exclusivamente
en su punto justo (detalle que suele ser uno de los fallos principales en la
grandísima mayoría de trabajos de esta índole que han salido
en los últimos años). Además me han gustado las letras,
sencillas, interesantes y emotivas cuando la situación lo requiere, que
hablan de temas y problemas actuales pero siempre desde un tono elegante e inteligente.
Buena elección en este sentido.
En cuanto a los temas tenemos que decir que este «Mar
de dioses» está compuesto de 13 canciones (dos de ellas, «Miseria
mundana» y Mentiras», ya incluidas en su maqueta del 99) más
una intro instrumental basada en arreglos orquestales llamada «Porto Suite».
Se trata de composiciones largas (a veces demasiado) con una base heavy clásica
y power a un tiempo (pero tendiendo más hacia melodía que a la
rapidez sin más) y con variedad de estructura incluyendo desde rabiosos
cortes de puro heavy metal, intensas canciones con destacable trabajo instrumental
y marcados cambios de ritmo o temas más rápidos de power metal
hasta preciosos medios tiempos.
Me han gustado en concreto la rápida y directa «Santa
maldad» con la que se inicia el trabajo tras la intro; una pegadiza y
con excelentes guitarras «Recluso 943» (atención a la letra);
«El cielo puede esperar», un tema basado en guitarras dobladas y
ritmos 100% Maiden; la interesante versión de «I want it all»
de Queen, similar a la original (salvando las distancias) pero con un estribillo
más acelerado; o la más cañera y heavy «Mentiras»,
con un ritmo galopante a lo Maiden y unos teclados de fondo de índole
ochentera bastante interesantes.
De todos modos, los dos puntos álgidos del disco los
encontramos en el corte 5, «Momentos de lucidez» que es un gran
tema con fantástico trabajo instrumental y vocal que comienza a modo
de intenso medio tiempo y poco a poco va acelerando el ritmo; y sobre todo con
la canción que cierra el disco y da nombre al disco: «Mar de dioses»
que no se porqué me da en la nariz que está inspirado en la inolvidable
«Rime of the ancient mariner» del «Powerslave» (¿me
equivoco, Manuel?), pese que está escrito en clave de carta de despedida
de uno de los marineros rusos que murieron en el hundimiento del submarino Kursk.
Muy intensa, brillante y creo acertar al calificarlo cómo el mejor tema
del disco.
El único pero (aparte de los gustos musicales de cada
uno, por supuesto y que las reminiscencias Maiden a veces llegan a ser excesivas)
es que se puede hacer algo pesado al contener 14 temas, la mayoría de
ellos de duración superior a los 5 minutos. Restándole importancia
a este detalle, «Mar de dioses» es la confirmación de que
Sphinx se ha ganado el derecho a ser considerado cómo uno de los grupos
nacionales con claro presente y futuro. Cómo me gusta decir en estos
casos: ¡enhorabuena, Sphinx, por el trabajo bien hecho!.
Track list:
– Porto Suite
– Santa Maldad
– Sangre de Egipto
– Recluso 943
– Momentos de lucidez
– Noche maldita
– Llanto en soledad
– El cielo puede esperar
– Miseria mundana
– Nostalgia
– Mentiras
– Luz en la oscuridad
– I want it all (versión de Queen)
– Mar de dioses
David Esquitino (esqui21@eresmas.com)
«La hora del guardián» (viernes de 9 a 10 de la noche en Onda
Merlín, 107.3 fm para el sur de Madrid y www.omcradio.org para el resto
de España)
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