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Crónica y fotos de WATAIN + ABBATH + TRIBULATION + BÖLZER en Madrid

28 septiembre, 2022, 2:03 pm

+ ABBATH + TRIBULATION + BÖLZER

Viernes 23 de Septiembre de 2022 – Sala Mon – Madrid

Siempre existe una expectación extra cuando se trata de un acontecimiento de música extrema, porque el público de esta, en especial, es exigente y aquí no sirve un "todo vale", pero el cartel que se presentaba en la sala Mon madrileña la noche del pasado viernes era francamente incontestable.

Tanto, que para quien escribe era una de las fechas más esperadas del año, pues el cartel y gira bajo el nombre de CHARIOTS OF FIRE supone la comunión perfecta entre presente, pasado y futuro de géneros oscuros. No sé si el cambio de sala perjudicaría o beneficiaría al resultado final del show, pero desde que se abrieron las puertas, se notaba cierta inquietud, en el buen sentido, en el aire de la sala, que por supuesto, marcado el inicio de los suizos BÖLZER a las 17:45 horas, no contaban aún con una afluencia de público masiva, aunque puedo asegurar que los pocos asistentes que tuvimos la gran suerte de poder disfrutar del show de la banda de Okoi Thierry Jones y Fabián Wyrsch, fuimos afortunados de presenciar como la formación lo dio absolutamente todo aún con el escaso número de personal fijando la mirada sobre ellos, ya que los que no estuviesen pendientes de la que se venía encima, se verían obligados a clavar su vista en el escenario para contemplar el enorme trabajo de batería y guitarra que comenzó a sonar tras la extensa intro.

Lo realmente impresionante es la facilidad pasmosa con la que un tío con una guitarra de diez cuerdas y otro con un kit de batería que no es el de Mike Portnoy, acompañados de un gélido juego de luces y cuatro velas, generan semejante atmósfera, siendo capaces de configurar algo tan extremo, técnico y personal como su compleja música. Con un único álbum en su haber (Hero de 2016) y varios EP’s, el concierto contó con composiciones dispuestas para un lucimiento grupal que nos dejó a todos atónitos, como "The Archer" (vaya manera de hacer sonar una batería…).

Gran manera de ganarse al público por parte de un Okoi que lo entregó todo, y que no dejó que su espectáculo mermase ni un momento a través de tintes dark black & death, estruendosas y grandes voces (con algún filtro que otro), y un repertorio que no dejó títere con cabeza, aún con un desconocimiento casi generalizado de temas como "Entranced By the Wolfshook", "Phospor" de su único álbum en estudio, "C.M.E". de su primera época o "Æstivation" de su último y más reciente EP, «Lese Majesty», editado en 2019.

Sensacional y visceral antesala a las puertas del infierno, y una banda más a la que seguir de cerca, a pesar de llevar en la escena 14 años. Descubrimiento para unos, confirmación para otros, son una de esas experiencias por las que estoy dispuesto a volver a pasar. Pero como de experiencias está llena la vida, eran terribles las ganas, casi rozando el ansia e impaciencia, que tenía de volver a ver a TRIBULATION por nuestro país, ya que, de nuevo con la pandemia como verdugo, la banda no pudo presentar como es debido el grandioso «Where the Gloom Becomes Sound «, máxime cuando se espera una gira con los suecos como headliners, dado el maratón de súper-álbumes que se han marcado en los últimos años con «The Children of the Night», "Down Below2 y el nombrado del 2021.

Pero si a ese hype le sumamos el comprobar cómo se las gastarían en vivo sin Jonathan Hultén, que venía a ser gran parte del espectáculo visual y compositivo del combo, la cosa se pone seria…y el caso, es que ni siquiera pudieron contar con el sustituto oficial de éste, o al menos el anunciado oficialmente, Joseph Troll, sino que Tobias Alpadie se encargaría de las partes correspondientes del incomparable Jonathan, y tras una interminable intro, luces de tonalidad verde y poco atrezo, TRIBULATION salieron a escena con la imponente "In Rememberance", tema que abre su último trabajo y que desde varios puntos de la sala se percibía de modo diferente. Desde el centro el sonido no terminaba de ser nítido, pero sin embargo, desde el lateral derecho la cosa mejoraba bastante.

No obstante, sigue siendo impagable ver vaciar su talento a un músico como Adam Zaars en escena y a Johannes Andersson clavar cada nota vocal de cuantas hay grabadas en el álbum, especialmente cuando, este Lemmy de las tinieblas que parece ser en directo (con Rickenbacker colgado, por cierto), además, es un excepcional bajista, que incluso con los problemas técnicos que eran de su competencia, supo estar a un altísimo nivel en todo momento, ya que para la inconmensurable "Leviathans", la banda ya nos estaba haciendo flotar, sumergidos en su particular niebla, y dejando que su música nos transportase a otro mundo paralelo, como es capaz de hacerlo en nuestra soledad, con nuestros auriculares. Pero si hay algo que eché en falta, fue la pose, sonido y puesta en escena de Hultén, que junto a Adam conformaba uno de los grandes dúos guitarreros de la actualidad, que lamentablemente, se fue al traste, todo ello dicho con todo el respeto y alabanzas hacia Tobias, que hizo un gran trabajo, pero lo siento…no sentí lo misma sensación visual que sí logró en otras ocasiones Jonathan sobre las tablas.

El sonido fue mejorando progresivamente, aunque hizo de las suyas en la impresionante "Nightbound" del tremebundo y premiado Down Below, en la que todo volvió a su cauce, dejándonos disfrutar de una banda, ahora sí, en plenitud, que nos deleitó con una intensa, celebrada e intensa "Melancholia", himno indiscutible de TRIBULATION , y estandarte de su estilo, que sonó con una clase y destreza fuera de toda duda. El arpegio limpio que se acompaña del riff, es sencillo, pero matador, y es imposible mostrar indiferencia ante semejante hit. Presentaron su nueva canción "Hamartia" sin una reacción unánime del público, agradando sin más, dando paso a su hijo más reciente con "Funeral Pyre" y finalizando su espectáculo con "Strange Gateways Beckon", tema de factura exquisita que abría su The Children of the Night, y que esta noche sirvió para despedir un concierto con pocas sombras, muchas luces y la ausencia de dos temas que creo son obligatorios en su repertorio como "The Lament" y "Hour of the Wolf". De todos modos, notable alto indiscutible y seguiremos disfrutando del merecido ascenso de los de Arvika. ¿Para cuando una gira con todo vuestro repertorio?…no me lo pierdo.

Por supuesto, si bien no habíamos saboreado del todo la victoria, el público ya se había metido de lleno en la maratón oscura, y ahora sí que sí, llegaba uno de los máximos representantes en la Tierra de géneros lúgubres (con permiso de Cronos, Tom G.Warrior y tantos otros). Olve Eikemo, o lo que es lo mismo, ABBATH, venía a presentarnos su última apisonadora sónica como lo es Dread Reaver, pero todo sea dicho…el público no sabía muy bien qué esperar, dadas las imágenes que se filtraron de aquel famoso incidente en el show de Argentina hace relativamente poco, y algunos momentos desafortunados, pero para ser sinceros, creo que un incidente así entre los cientos o miles de conciertos que ha podido ofrecer a lo largo de su historia, no es cifra ni dato representativo de la gran calidad que siempre ha demostrado derrochar a lo largo de los años, ya haya sido con IMMORTAL, I o su actual y demoledor proyecto bajo su propio nombre. Y no olvidemos que por el momento son tres discos publicados desde 2016, a cual más interesante, con lo que, prejuicios absurdos expulsados a patadas de mi mente, iba predispuesto a ver lo que finalmente me encontré.

Lo primero que sentí cuando salio a escena, saludó, y sacó la lengua a las primeras filas, tras una simpática intro, fue la sensación de estar viendo a algo así como a un Gene Simmons del black metal noruego. Estética (como todos sabéis) similar al lider de KISS (banda de la cual es un absoluto fan) y un ABBATH comunicativo, simpático y amable con su público desde que pisó el escenario con "Winterbane". El tema podría haber sido un clásico de IMMORTAL…y de hecho, estoy completamente seguro de que fue uno de esos trallazos compuestos cuando aún había relación con Demonaz en la época All Sall Fall. Y ahora sí, podemos hablar de sonido perfecto, destacando la labor de Ukri Suvilehto, que tras su kit de batería hizo que el concierto de su jefe adquiriese otra dimensión.

Ole André Farstad también se marcó un buen recital a las seis cuerdas, mientras que se echó en falta a la mítica bajista Mia Wallace, no tanto a nivel sonoro, pero si escénico. Muecas, guiños, actitud… un trallazo tras otro, y un público volcado absolutamente. "The Artifex" de «The Outsrider» es puro black’n’roll, mientras que la más actual "Dread Reaver" nos hace entrever que lo más parecido a lo que podía ser un show de los propios IMMORTAL, es presenciar como ABBATH se zampa el escenario, y casi se le queda pequeño…¡colosal!

Como es obvio, el set se basó, en su gran mayoría, en sus tres discos en solitario, pero ya hay artillería suficiente a disposición para que las primeras filas empezasen con los mosh pit. Es más…incluso se produjo algún altercado con un individuo que se había pasado con algún tipo de sustancia, y estaba fuera de sí, teniendo a la seguridad del concierto pendiente de él y en vilo desde que comenzase "Hecate".

Presumiblemente para nuestro ambiente, no hubo incidentes, y pudimos seguir disfrutando desde las primeras filas (a las últimas) de ABBATH en todo su esplendor, tanto técnico, como personal.

"Beyond the North Waves" de IMMORTAL levantó pasiones, dando cabida a continuación a su nuevo disco con "Acid Haze" y "Dream Cull", muy bien recibidas por los más fanáticos, y por todos los que se han acercado a su música después de su retirada de IMMORTAL, siendo "Bridge of Spams" la última en caer de sus últimos años, deleitándonos y extasiándonos con "Warriors" del maravilloso "Between the Two Worlds" de I (disco que por cierto, rescato con muchísima frecuencia y que debería haber sido el principio de algo muy grande) y dos infaltables e incontestables himnos de su etapa IMMORTAL como son "In My Kingdom Cold" o la grandiosa, heavy e intensa "Tyrants" del Sons of Northern Darkness.

Himno de himnos que sonó a victoria, gloria…a triunfo, que ABBATH y su más que solvente banda celebraron saludando a las primeras filas, chocando puños y despidiéndose de unos seguidores que presenciaron un concierto histórico para su recuerdo personal. Grandísimo y eterno ABBATH .

Llegados al tramo final de la noche, y con un atrezo compuesto por grandes columnas, hileras de huesos, velas, estandartes infernales, su pie de micro en forma de cruz invertida y una prueba de sonido que se eternizó, salió a escena una de las bandas más laureadas del black metal de los últimos años…WATAIN, ante los que se encontraba un público excitado por un ABBATH insuperable, pero con hambre de velocidad, oscuridad y técnica.

"Ecstasies in Night Infinite" sonó a maldad, pero a gloria…y la sala ya olía a infierno (¿será así su hedor?…prefiero no comprobarlo), mientras Erik Danielsson sujeta una antorcha que incluso cede a las primeras filas, para ritualizar aún más su particular misa negra, y es que si hay una banda que hace que el estómago se te dé la vuelta, y te haga dudar si estás viendo un espectáculo o "algo más", esa es WATAIN , que, idenpendientemente de ideologías, credibilidad sobre su mensaje o parafernalia, saben generar un muro de sonido infranqueable y desprender tal aura de autenticidad, que casi puedo decir que es una de las mejores bandas del género a nivel técnico y visual, indiscutiblemente.

De impresión. Viajamos a 2003 con Casus Luciferi y el himno "Black Salvation", mientras que la banda aniquilaba sus instrumentos de la mejor de las maneras, sacados de alguna mala pesadilla, pero dejando todo el peso del show a un Erik que probablemente, sea uno de los vocalistas más entregados que he podido ver en escena, aportando teatralidad, intensidad y locura a cada movimiento que hace y cada alarido que emite. Hay que verlo al menos una vez en la vida…aunque servidor ya ha disfrutado de sus rituales espeluznantes en alguna ocasión más.

The Agony & Ecstasy of WATAIN es un futuro clásico del black metal, y así quedó patente con "The Howling", dando continuidad al ritual diabólico con "I am the Earth", "Leper’s Grace" y "Devil’s Blood". Sus anteriores trabajos The Wild Hunt y Trident Wolf Eclipse fueron la antesala de los WATAIN actuales… y me gusta, porque lo que vimos en Mon fue una banda profesional, centrada y sabiendo muy bien como manejar sus herramientas. Incluso los salpicones de sangre a las primeras filas, aún siendo un recurso ya muy trillado en la escena, resulta especial de la mano de WATAIN , que generan una burbuja que pocas bandas logran alcanzar.

"Serimosa" sería el inicio del camino a la recta final en el que curiosamente incluyen otro tema de nueva factura como el seminal "Before the Cataclysm", viajando al pasado poco después, concretamente a su Rabid Death’s Curse con su clásico "Angelrape", dejándonos a todos asfixiados con "Malfeitor" del celebradísimo Lawless Darkness de 2012, y demostrando que WATAIN , por donde pisan, no crece la hierba. Vaya manera de repartir…de arrasar…

El balance final está claro. Cuatro bandas representantes de varias épocas de géneros extremos, dando lo mejor de si. Cuatro recitales de altura para enmarcar…para el recuerdo.