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+ STRAY . GIJÓN – PALACIO DE LOS DEPORTES – 24-5-2003
El viaje de un grupo como Iron Maiden a tierras astures levantó,
como no podía ser de otro modo, gran expectación. No acostumbrados
a este tipo de visitas, la organización no tuvo ningún problema
para vender las 9000 localidades repartidas entre gradas y pista del Palacio
de los Deportes de Gijón, más aún teniendo en cuenta la
llegada de autobuses desde otras comunidades con montones de fans de la doncella.
Así, el ambiente en los alrededores del Palacio no podía
ser más caluroso. Miles de heavies colmando los pequeños garitos
próximos al recinto, llenando el estómago de rubia gasolina. Finalmente,
a pesar de que se había rumoreado lo contrario, no hubo un tercer grupo
local invitado, así que a las 8:45 de la tarde-noche la música
se hizo la protagonista.
STRAY
Los ingleses llegaron acompañados por una banda desconocida
en nuestro país, Stray, a priori mucho menos atractiva
que sus acompañantes de anteriores visitas como Helloween o Megadeth.
Sin embargo Stray dejaron un buen sabor de boca y cumplieron
a la perfección con su papel, con un hard-rock clásico y alegre
del que te hace mover la cabeza para delante y para atrás sin que te
des cuenta. En sus tres cuatros de hora pudieron tocar temas de toda su trayectoria
musical, y no
escatimaron esfuerzos para que la gente se metiera en su show y distrutara tanto
como ellos parecían hacerlo, pese a lo discreta de su puesta en escena,
sólos los tres, en un escenario demasiado grande, sin luces, ni decorado,
tan sólo el característico sombrero de su líder. El público
supo premiar su entrega con varias ovaciones al acabar los temas. Dejaron buen
sabor de boca. Cuando bajaron del escenario, a las 9:30 ya todo el mundo ansiaba
la llegada de las 10.
IRON MAIDEN – Siguen en el olimpo
Con la característica puntualidad británica,
como ocurrió en Coruña un día antes, comenzaron a sonar
los primeros compases de «The Number Of The Beast», y con ellos estalló
la locura general, tanto en los más veteranos que orgullosos aseguraban
haberlos visto media docena de veces, como en los más jóvenes
que probaban por primera vez el embriagador sonido de la doncella en directo.
Tres grandes seises se encendían y apagaban al fondo del escenario, Bruce
corria como un poseso de un lado a otro, Steve hacia lo propio, y la gente coreaba
el estribillo. ¿Qué mejor tema que este para abrir en esta gira
«Give Me Ed… ´Til I´m Dead Tour 03», enésima
de grandes éxitos de este grupo que ha demostrado que no puede tener
su culo tranquilo en Inglaterra y necesita girar sin parar?.
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Así pues, sin dejar ni un segundo de respiro fue «The
Trooper» el encargado de mantener el palacio en alto, con el gran maestro
de esgrima Dickinson agitando la bandera inglesa por todo el escenario. «Die
With Your Boots On» fue la sorpresa de la noche, y junto a «Revelations»
completaron los cuatro primeros temas. ¿Cuatro temas y tres de ellos
del «Piece Of Mind»? Pues para completar la jugada, los dos siguientes
serían «Hallowed Be Thy Name» y «22 Acacia Avenue».
Total, seis temas y todos de sólo dos discos!!! Eso sí que es
tirar de los viejos clásicos. Tal vez el repertorio quedara un poco desequilibrado,
pues los discos «Killers», y «X-Factor»
no contaron con representantes, y los demás con uno sólo por lo
general.
El caso es que a nadie le importaba este hecho y la banda y
el público eran sólo uno coreando los temas. Espectacular el escenario
de fondo, con gran cantidad de dibujos inspirados en los discos que iban cambiando
en cada canción. Y de los clásicos más antiguos pasaron
a «Wildest Dreams», el tema nuevo de anticipo de lo que será
el próximo disco del sexteto, cuya salida se prevée para septiembre,
si las cosas no se tuercen. El tema en sí no dista de lo que ha sido
«Brave New World», sonó muy en esa onda, y es que Iron
Maiden no han sido nunca amigos de grandes cambios en su estilo, y
la verdad es que las veces en las que han experimentado un poco la crítica
no ha reaccionado demasiado bien.
A continuación y siguiendo con los temas más
actuales sonaron «The Wicker Man» y «Brave New World». La
verdad es que la reacción del público ante temas nuevos y viejos
es exactamente la misma, el máximo entusiasmo, el alzar el puño
y corear y botar en todos los estribillos. Los Maiden demuestran
que los años no pasan por ellos, siguen siendo ageneracionales, pues
en estos conciertos se unen varias generaciones con gustos muy variados, pero
que casi todos tienen algo en común, que su primer disco fue uno de Iron
Maiden.
«The Clansman» es otra de las que no podían
faltar, con Steve Harris tocando su bajo acústico y Dickinson cantando
un tema que para muchos debería haber sido suyo desde el principio. Es
dificil quedarse con algún tema, pero para mí «The Clansman»
fue uno de los que más me gustó, ese tono épico y la gente
coreando el «Freedom», un gran momento. A continuación, el
bajo de Steve Harris nos indicaba que la próxima sería «The
Clairvoyant», única representante de «Seventh Son Of A Seventh
Son», uno de sus mejores discos, y del que no suelen acordarse mucho ¿Donde
te has quedado esta vez «The Evil That Men Do»?.
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Eddie ya había hecho su aparición, aunque la
verdad esque a mí me pareció más bien una caricatura de
sí mismo, un poco cutre sí era, y ni estuvo demasiado tiempo en
escena, ni tuvo sus «más y sus menos» con Janick Gers, como
solía hacer. Cabe destacar también la entrega de este guitarrista,
que no para de moverse y desprender energía contagiando a todos a quienes
tiene delante. En general todo el grupo estuvo muy activo, como suele ser habitual,
muy felices de seguir tocando despues de veinticinco años y veindo como
siguen siendo el grupo más querido y admirado.
En fin, que ya habiamos pasado el ecuador del concierto y si
en algo todos parecíamos coincidir era en que se estaba pasando en un
abrir y cerrar de ojos, apenas había terminado «The Number Of The
Beast» y ya nos acercábamos irremediablemente hacia el final. Era
la hora del «Heaven Can Wait», momento en el que un puñado
de fans viviría uno de sus más inolvidables minutos, el cantar
con Iron Maiden, y eso hicieron los agraciados del concurso
que preparó la emisora de cuyo nombre no quiero acordarme y en cuyas
ondas nunca a navegado un tema de Maiden. «Fear Of The
Dark» fue la última en sonar antes de que «Iron Maiden»
nos helara la sangre a todos los allí presentes.
Desgraciadamente, el Eddie gigante que suele asomar por encima
de la batería de Nicko se averió, para asombro de Dickinson que
lo observaba decepcionado, al igual que los 9000 presentes. Con este tema se
cerraron los primero catorce temas, y la doncella se retiró a sus aposentos.
Tras la espera de rigor reaparecieron en escena, y Dickinson explicó,
mientras pedía que excusasemos su bajo nivel de castellano, que tenían
problemas técnicos. Probablemente los mismos fueran los que acortaron
el concierto respecto a lo que había sido el día anterior en Galicia.
Pero aún quedaban tres temas, el multiventas «Bring Your Daughter
To The Slaughter», el imprescindible «2 Minutes To Midnight»
y para finalizar el «Run To The Hills».
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El grupo se volvió a ir con un «See You San Sebastian»
de Bruce Dickinson que nos dejó a todos un poco desconcertados ¿Habrá
dicho «See You in San Sebastian»? ¿O tendrá el tio una
empanada encima tan grande como para no saber donde anda? La cosa quedó
ahí… en fín. Esta vez no volvieron a salir pese a los tremendos
gritos de los seguidores que esperaban unos segundos bises. A muchos les supo
amargo este final, pues dio la impresión de que tocaron lo establecido
y se largaron echando leches. Como si hubiesen tocado y dicho «Ya cumplimos,
vamonos». Y todos a salir del Palacio porque había que acondicionarlo
para el día siguiente, en el que se convertiría en colegio electoral.
La verdad es que siendo Los Maiden se podía
haber esperado más, unos segundos bisess… que pareciera que no querian
marcharse. También eché de menos un poco más de show, más
espectáculo, pirotécnia y rollos de esos. Y puestos a pedir algún
temilla más: «Futureal», «Wasted Years», «Man
On The Edge», «The Evil That Men Do», «Aces High»…
Algunos se quejaron de que los 70000 vatios se habían quedado escasos,
otros de los 28 euros que costaban las camisetas (por 68 de las sudaderas),
otros de que el set-list no hubiera variado de La Coruña, salvo para
recortarse al final. Aún con todo, pocos
saldrían decepcionados, pues el concierto fue una vez más sinónimo
de buen rollo, buen metal y diversión.
Es principio de gira y Maiden han demostrado
que siguen siendo los mejores. Ahora ¿cuando volverán a Asturias?
Hardberto. hardberto@hotmail.com
elcandelabro@hotmail.com http://elcandelabro.iespana.es
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+ STRAY . Sábado 24 de mayo. Palacio de Deportes
(Gijón).
Ver las caras de cientos de jóvenes con las preceptivas
camisetas de Iron Maiden era un buen indicativo de que los
ingleses iban a tener ante sí a una audiencia que iba a darlo todo. No
parece que tanta ilusión fuera recompensada a tenor de lo visto y oído
en el Palacio de Deportes de La Guía de Gijón el pasado sábado.
Antes, los desconocidos y veteranos hardrockeros británicos Stray se
encargaron de calentar un ambiente que les fue propicio en los escasos tres
cuartos de hora que tuvieron de gloria.
El sexteto más importante de la New Wave of British
Heavy Metal preparó un espectáculo de provincias, el mismo que
la noche anterior llevó a La Coruña, en el que ni el repertorio
ni el diseño de escenario -que protagonizaba Eddie, el simbólico
terrorífico personaje creado por Derek Riggs, en sus múltiples
reencarnaciones- será el mismo que en el resto de una gira, ‘Give
me Ed…’til I’m dead’, que comienza ahora y les llevará
por medio mundo.
No sé si la palabra adecuada sería decepcionante
pero Iron Maiden no lo dio todo en su bolo gijonés.
Excepto, Bruce Dickinson, que se salió literalmente durante las dos horas
de concierto, el resto de la banda, dio muestras de una falta de forma evidenciada
en sus barrigas cada vez más abultadas y una sofocación fuera
de lo normal. Cabría disculparles por el más de año y medio
que han estado apartados de los escenarios, pero la diferencia que marcó
Dickinson, que corrió y trotó por las pasarelas que jalonaban
el escenario como en sus años más jóvenes, fue más
que palpable. No pareció, sin embargo, que los nueve mil seguidores de
La Dama de Hierro se lo echaran en cara. Es más, los asturianos se vaciaron
desde que se apagaron la luces y comenzaron a sonar los primeros acordes de
un clásico infalible como «The number of the beast». Tirando
de grandes éxitos no resultó extraño que Iron Maiden
se llevaran de calle a todos los presentes, que a modo de karaoke corearon cada
uno de los diecisiete temas que escogieron para esta noche.
Todos sus hitos estuvieron representados a lo largo de los
ciento minutos de concierto: «The trooper», «27 Acacia Avenue»,
«The clansman», «Heaven can wait», acompañados
a los coros por un puñado de chavales seleccionados por una radiofórmula,
o «Fear of the dark» y, antes de retirarse a camerinos, la primeriza
«Iron Maiden».
La vuelta fue obligada y el bis inevitable. No hubo sorpresas
y se mantuvieron a lo que el set list ponía: «Bring your daughter…to
the salughter» y las superclásicas «2 Minutes to midnight»
y «Run to the hills», rescatada del baúl de los recuerdos.
Con ese público no parece raro que Iron Maiden siga
en la brecha bastantes años más.
Víctor M. Rodríguez
La Voz de Asturias
GIJÓN – Sábado 24 Mayo – SET LIST
THE NUMBER OF THE BEAST
THE TROOPER
DIE WITH YOUR BOOTS ON
REVELATIONS
HALLOWED BE THY NAME
22 ACACIA AVENUE
WILDEST DREAMS (TEMA NUEVO)
THE WICKER MAN
BRAVE NEW WORLD
THE CLANSMAN
THE CLAIRVOYANT
HEAVEN CAN WAIT
FEAR OF THE DARK
IRON MAIDEN
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BRING YOUR DAUGHTER TO THE SLAUGHTER
2 MINUTES TO MIDNIGHT
RUN TO THE HILLS
Fotos Concierto A Coruña: http://ironmaidenchile.go.to/
Para ver las fotos a mayor tamaño, pinchar sobre
ellas.
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