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LITA – Wicked Wonderland

9 noviembre, 2009, 8:03 pm

Después de la buena impresión que nos causó a todos los que tuvimos la ocasión de ver el concierto de la legendaria Lita Ford, y el hecho de que hubiera decidido volver a retomar su carrera después de 15 años alejada del negocio (en los que se dedicó a criar a sus dos críos y a vivir con su marido Jim Gillete, ex-NITRO, en una isla del Caribe), es obvio que las expectativas de cara a su retorno discográfico eran cuanto menos positivas. Pues bien, una vez que ya tenemos este «Wicked wonderland» entre manos, hay que decir rotundamente que para esto ya se podría haber quedado en su isla paradisiaca… Y es que hay poco, poquísimo que rascar en el disco, aparte de obviamente dejarnos con la boca abierta (en el mal sentido, claro) escuchando a Lita medio rapear en algún tema, con las guitarras totalmente modernas y pesadas, sonidos industriales por aquí, guiños góticos por allá… y todo ello cantado a dúo con un Jim Gillete en tonos rudos y muy graves que obviamente no ayuda nada a mejorar un disco que está condenado al ostracismo absoluto desde su misma salida.

Y lo que da rabia es que no es un sonido moderno y absolutamente yanqui (pero ya desfasado) que suene natural sino totalmente buscado, 100% predecible, y que estoy convencido que a ellos mismos no les puede gustar y simplemente es que se han dado cuenta tarde del error. ¿Dónde está la característica voz de Lita?, ¿y sus sonidos potentes y melódicos de guitarra?, ¿las composiciones pegadizas más que características de su estilo?, ¿donde está la clase de sus canciones?… y así podríamos seguir hasta el infinito. Y es que insisto en que da pena cuando sabes que es un trabajo hecho «así» a propósito sin tener muy claro con qué intención o en qué sentido. De hecho, en el disco todo se lo guisan y se lo comen Lita, Jim y el productor Greg Hamptom (que se ha lucido…), que además toca el bajo y programa los sintetizadores de la «criatura». Supongo que es ya hasta un tópico, pero sigo sin entender como un músico de vieja escuela de 50 años siga empeñado en creerse que ahora le gusta la música de los metaleros adolescentes norteamericanos, y es que es más que obvio que con esto no van a conseguir ese tipo de público más joven, que no van a comprar de ninguna manera un disco de Lita Ford (a la que posiblemente no conocen de nada, ni siquiera a THE RUNAWAYS), y a su vez los fans de siempre, a los que debería ir dirigido, no se pueden sentir identificados con este engendro modernizado.

De todos modos, seguro que muchos os preguntáis cómo es el disco en sí, ¿verdad? Pues lo podríamos definir, para que todos lo entendáis sin duda posible, como ese garbanzo negro que toda banda grande fue sacando en los 90, llámese «Slang», «Load», «Kill, fuck, die», «Eye to eye», «Brutal planet», «Demolition», «Risk»…, pero con la diferencia de 15 años y cuando todos ellos se han dado cuenta que obviamente ése no era el camino, y mucho menos en estos tiempos en los que afortunadamente se vuelve a valorar a las bandas clásicas de hard rock y heavy clásico. Es un poco además el caso de «Chinese democracy» (y siendo aquel mucho, muchísimo mejor que éste), que suena moderno pero de hace 10 o 15 años, desfasado, obsoleto, fuera de lugar, y con unos dejes a lo MARILYN MANSON o KORN absolutamente incomprensibles en 2009 y más tratándose de un icono mundial del hard rock (y con discos impresionantes como «Dangerous curves», «Stilleto» o «Out for blood») y la escena.

Hay cortes que con otra producción y otro enfoque sí podrían ser interesantes, como por ejemplo «Piece (Hell yeah)» (con deje KISS de fondo, aunque suene más bien a lo que hizo Lita en su «Black» del 95), «Scream for me» (roquera y pasable), «Inside» (un medio tiempo que con otro tratamiento sonoro seguro que se quedaba como una balada más o menos interesante), «Truth» (de lo mejor, con un deje hardroquero muy de fondo que quiero creer que salvará el tema en directo, aunque los cambios absurdos y los dejes modernos «porque sí» se lo cargan) o la balada «Sacred» (que no es un temazo como «Close my eyes forever» o «Bad love», por supuesto, pero visto lo visto se queda sin duda como uno de los temas destacados). De todos modos, sigo sin entender cómo ella misma ha dado el ok en incluir en un disco bajo su nombre temas tan horripilantes como la inicial «Crave», «Patriotic SOB» (ultramodernizada) , «Love» (con Lita rapeando, la ostia), «Bed» (lento y sin chispa ninguna) o el insufrible bonus «Push», que no hay por donde cogerlos.

Y es que sigo dándole vueltas al hecho de qué tipo de consejero habrá tenido Lita para considerar que este nuevo trabajo tenía que ser «así», que es «lo que se lleva» o algo parecido, porque no tiene sentido ninguno (empezando desde la portada, que también tiene tela). Una lástima porque era un regreso esperadísimo y es que en Metal Way la vimos en muy buena forma (y eso que los dos temas nuevos que tocó no nos dieron a ninguno de los presentes muy buena espina, las cosas como son, y ahora se confirma lo que nos temíamos: que tendríamos purazo moderno al canto). Bueno, supongo que nos queda el consuelo de pensar que después del más que probable batacazo, recapacitará y volverá a sacar un disco que le guste a ella y no a los amigos malotes de sus hijos.

David Esquitino (david_esquitino@rafabasa.com)

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