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BORN IN EXILE + AMARANTHE + TANKARD + ROCKING HORSE
+ ECLIPSE + DEE SNIDER + EVERGREY + URIAH HEEP + ACCEPT
Jueves 5, Viernes 6 y Sábado 7 de Julio – Parc de Can Zam – Santa Coloma de Gramenet – Barcelona
JUEVES 5
BORN IN EXILE
Como viene siendo habitual en todas las ediciones del ROCK FEST BARCELONA para dar el pistoletazo de salida a estos tres días de calor, música y diversión, la organización volvió a confiar en el talento local, dando la oportunidad en esta ocasión a BORN IN EXILE, quienes aprovecharon sus escasos treinta minutos sobre las tablas para repasar algunas de las composiciones de su debut “Drizzle Of Cosmos”.
Pese a las grandes dimensiones del escenario y lo imponente del recinto al quinteto se le vio muy cómodo en escena, especialmente a su vocalista Kris Vega, quien no dudó en aprovechar la pasarela central para acercarse al público en más de una ocasión.
De entre las composiciones que interpretaron, todas ellas bastante extensas y con múltiples cambios de ritmo y ambientación, me quedaría con la mezcla de rotundidad y melodía de ”Revenant”, y ya en la parte final con “Fields Of Fire”.
Texto: Alfonso Díaz
Fotos: Carlos Oliver
AMARANTHE
Así a bote pronto, y sin avisar, tres vocalistas con diferentes tesituras sobre un mismo escenario puede sonar dantesco, una especie de tiki taka vocal; pero lo que les ocurre a estos suecos es que los tres voceras, en lo suyo, son un portento. Todas las miradas se dirigen a Elize, una voz poderosa, alcanzando tonos donde otras ni los sueñan, bien escoltada por el malote Henrik en guturales y por Nils en voces limpias masculinas, con un estilo muy clásico escuela Vescera o Mats Leven.
El supuesto problema es que las bases sampleadas puede que a algunos puristas les haga torcer el gesto, como a mí, que tengo mi baúl de la pureza más reventado que el de la Piquer, pero por otro lado, la energía, fuerza e intensidad que desprenden se hizo patente en cada momento de su actuación. Banda con cuatro discos, a pesar de que pueda sonar raro a priori, saben conjugar el Power, con algún toquecito Death, con una base electrónica y con unas melodías pop pegadizas y efectivas.
Una actuación, cargada de energía, intensidad, y sabiendo llevar a la perfección el tempo para que la cosa no decayera. Entre la concurrencia, pues a pesar de ser una hora intempestiva en los relojes de los roqueros, pudimos ver una buena base de fans dándolo todo, la mayoría mozalbetes y mozalbetas. Los mayores del lugar veíamos al principio preocupados y expectantes como mucha gente bailaba imbuidos por una especie de fiebre de sábado noche, pero es que hasta yo, libre de cualquier sospecha, no podía dejar de mover un pie al ritmo que marcaban los suecos, y eso, creedme, es mucho. Sorprendentes para quién no los conociera.
Texto: Àlex S. Cerro.
Fotos: Carlos Oliver
TANKARD
Y a las 17:30 en el Stage Fest saltaban TANKARD con su Thrash Metal festivalero. Y es que desde 1982 Frank y Gerre han manejado una formación que ha permanecido fiel a su estilo con ese rollo divertido, irreverente y cervecero. Reconozco que soy un carca y un antiguo, y con la música no acepto determinadas bromas ni poses, pero ojo, TANKARD son otra cosa. A día de hoy nadie puede discutir el valor de “Chemical Invasion” o “The Morning After”, y diré más, su último trabajo “One Foot In The Grave” con su delirante portada sigue teniendo atractivo para cualquier amante del viejo Thrash teutón. Y tampoco voy a discutir la valía de estos señores en directo, las chanzas están en la lírica y en la imagen desenfadada que se esfuerzan en proyectar, el resto es cosas seria, sino de qué iban a estar estos tíos 34 años al pie del cañón o del tanque de cerveza.
Repertorio basado en un grandes éxitos sacado este mismo año, “Hymns For The Drunk” sin obviar algún tema de reciente creación. La locura se desató con “Morning After” y “Zombie Attack”. De su fantástico disco del 2004 “Beast Of Bourboun” sonó “Under Friendly Fire”, a quién el propio Gerre calificó como uno de sus temas favoritos. Final para le poderos “Empty Tankard”, mientras la gente, a la pregunta de We wanna drink some… repondía con un whiskey o un beer que hizo temblar el suelo de Santa Coloma por primera vez.
La actuación no fue perfecta, sobretodo en la guitarra de Andy que tuvo que luchar con problemas constantes de sonido, pero creo que eso a ellos y a su público les importó bien poco. La legión de acólitos, muy numerosa por cierto, supo responder a la entrega.
La acción se centra en Gerre, bromista, hiperactivo y luciendo orgulloso y sin complejo su barriga que no le impide moverse por ahí arriba como un chaval (que ya les gustaría a muchos ciclados moverse así, todo sea dicho). Y es que el Thrash Metal de TANKARD es cosa seria. La gente viene a verlos porque quieren divertirse, ellos lo saben, y se lo dan; profesionales.
Texto: Àlex S. Cerro.
Fotos: Alvaro Ochoa
ROCKING HORSE
Al igual que sucediera con los escenarios principales para abrir fuego en el escenario ROCK TENT contaríamos con la presencia de otra banda local ROCKING HORSE, quienes nos ofrecieron una de hora de hard rock n´roll marchoso, divertido y desenfadado, amenizado por los ingeniosos e incisivos comentarios de su vocalista Paquito “SexMachine”.
Actitud roquera, unos temas directos y muchas ganas de pasarlo bien fue lo que nos ofrecieron ROCKING HORSE, confiando para ello en los coreables estribillos que nos propusieron en temas como “Dale Gas”, o el vacileo irreverente que exhibieron en “Dale Al Botón”.
Pero sin duda el momento más destacado de su presentación llegó con su alargada versión del “Highway Star” de DEEP PURPLE, con el guitarrista David Muñoz “Gnaposs”, abandonando el escenario para recorrer la pista y acabar tocando desde la mesa de sonido. Para el tramo final de su actuación se reservaron los riffs más musculosos y marcados de “Los Autores Del Guión”.
En definitiva, letras cachondas, actitud desenfadada, y muchas ganas de rockear fue lo que nos ofrecieron unos ROCKING HORSE que con su trabajo “El Cielo Es El Infierno”, parecen dispuestos a quemar cualquier escenario que pisen.
Texto: Alfonso Díaz
Fotos: Carlos Oliver
ECLIPSE
Tras la opinión de mi compañero Álex Sánchez sobre TANKARD, a quien he conseguido reenganchar para escribir de vez en cuando en la web, disfruté de uno de los mejores conciertos del festival, el de ECLIPSE.
Como ya apunté en mi resumen, ECLIPSE llevaba la lección muy bien aprendida desde el pasado año, donde tocaron en la ROCK TENT, y ya fueron de los mejor de la pasada edición. Por ello, la organización les invitó a repetir, esta vez en uno de los dos escenarios grandes. Hicieron un show a la medida de un festival heavy como es ROCK FEST, con potencia, endureciendo su propuesta tanto musical como escénica, y eligiendo un repertorio a la medida, cosa, que, -en mi opinión-, no supieron hacer los geniales THUNDER el pasado año.
Aparte de ello, ECLIPSE viven un momento magnífico y se han destapado claramente como una de las más acertadas nuevas alternativas dentro del melodic rock, desde hace tiempo. Sus directos son muy intensos, poderosos y hasta su vocalista Erik Mårtensson ha perdido la vergüenza escénica de antaño, y tira de la banda realizando un gran papel como frontman. Así de presentaron en Barcelona, victoriosos y seguros de ello.
Junto a Erik, lo hizo de lujo su compañero en batallas y guitarrista Magnus Henriksson, así como el batería Philip Crusner. La banda salió a por todas y comenzó con una directa y efectiva “Never Look Back” de su nuevo álbum “Monumentum” que dejó muy claro que ECLIPSE no habían venido a pasearse a Santa Coloma. Siguieron con otra incisiva “Blood Enemies” de su disco Armageddonize, pero donde realmente el público reaccionó y canto y demostró su agrado total fue en una maravillosa “Wake Me Up” que certificó que ECLIPSE saben hacer canciones inmejorables.
La interpretación de la balada «Hurt» fue impecable, con Erik con la guitarra colgada y cantando con plena elegancia. Llenó de feeling el momento, a pesar del incesante calor, asi como la acústica “Battlegrounds”, sencillamente maravillosa.
A parte de las muestras melódicas, ECLIPSE nos removieron un poco más con las incisivas “I Don’t Wanna Say I’m Sorry” y “Runaways”. El final fue tan enérgico como el inicio y nos dejó a todos con un sabor de boca superlativo y con ganas de verlos muy pronto una vez más.
Texto: Rafa Basa
Fotos: Carlos Oliver
DEE SNIDER
Tras ECLIPSE, y con más calor y sol, apareció en escena el gran DEE SNIDER, dando una lección metalera plena en cuanto a intensidad, actitud y poderío. Dee en TWISTED SISTER era “El Rey”, y ahora en su banda en solitario imaginaros cuál es su papel…
Con un buen grupo a sus espaldas, Snider presentó material nuevo, tocó temas de su Cd de 2016 “We Are the Ones”, recordó su etapa en WIDOWMAKER y tiró de clásicos de SISTER. Los temas nuevos sonaron muy heavies, lo que no termino de entender, ya que el cantante eligió una línea distinta en principio en su primer álbum en solitario, donde todo sonaba más oscuro, sin punta, sin partes tan pesadas y metaleras. Si luego en directo, Dee iba a metalizar los temas, ¿para que graba un disco tan distante a lo que hacía en TWISTED SISTER y el mismo afirmó que no le iba a gustar a su público? Respeto a los músicos, pero a veces no entiendo sus decisiones. Seguro que el vocalista lo ha pensado mejor y ha visto que con ese disco no iba a llegar a nada, y ha rectificado, como noté en este ROCK FEST. Me alegro por ello, ya que su show fue enérgico y potente. Ahora saca un nuevo álbum, que parece que sonará más potente como su tema “Become the Storm”, con un estribillo melódico y una base metalera.
Él fue el centro de todo, cantando genial, y animando y moviéndose enérgicamente, como siempre, pero su banda demostró gran nivel. Me gustaron los nuevos temas que formarán parte de su próximo disco, más metalero que el primero claramente, de ahí su nombre: “For the love of metal”, como el citado “Become the Storm”, y el tema título que tocaron tras dos potentes “Burn In Hell” y “I Wanna Rock”, ambos de TWISTED SISTER, momento en el que el propio Dee cruzó al escenario contiguo para echarle la bronca a un técnico de URIAH HEEP por el alto volumen al que probaban sonido, según él.
Otros momentos que me gustaron fue el recuerdo a WIDOWMAKER con “Ready To Fall” y el inevitable “We’re Not Gonna Take It” donde el público participó y cantó en una segunda manga el ya clásico “Huevos con Aceite” al son marcado por Snider. En el backstage vi a tres personas del Crew con camisetas que ponía la frase “Huevos con Aceite – TWISTED SISTER” y una calavera dentro de un huevo frito, pero curiosamente no les vi en escena. Pensé que subirían a lucir palmito sí o sí, pero no fue así.
No me gustó mucho la interpretación de “American Made” presentada por Dee como la primera canción que compusieron juntos, pero si me vine arriba casi al principio con un afilado «You Can’t Stop Rock ‘n’ Roll» de TWISTED SISTER.
Muy bien DEE SNIDER y su banda. Me da la impresión que Dee ha vuelto al metal y que a medio plazo hará una gira presentando “For the love of metal”.
Texto: Rafa Basa
Fotos: Alvaro Ochoa
EVERGREY
A media tarde, mientras el carismático DEE SNIDER ocupaba uno de los escenarios principales, los amantes del metal progresivo tenían una cita obligada en el escenario ROCK TENT con EVERGREY. La veterana formación sueca, capitaneada por el vocalista Tom S. Englund, ofreció un show soberbio ante una carpa abarrotada, pese a que el sonido no acabó de ser todo lo nítido que nos hubiera gustado.
En cualquier caso, tanto la actitud del frontman como del resto de sus compañeros, destacando especialmente la figura del bajista Johan Niemann, fue impecable, conectando con un público que se dejó arrastrar por la sofisticación que exhibieron desde que dieron el pistoletazo de salida con “Passing Through”, y la rotundidad desplegada en “The Fire”.
Hacia bastante tiempo que el combo sueco no se dejaba ver por la Ciudad Condal, así que pese a que su repertorio estuvo muy centrado en el material facturado durante la ultima década sus seguidores celebraron muy efusivamente temas como “My Allied Ocean”, y el melódico “Broken Wings”.
Para la parte final de su presentación Evergrey se reservaron un par de gemas de esas que todo seguidor acérrimo siempre quiere escuchar en directo “Recreation Day” y “A Touch Of Blessing”. En definitiva, que los suecos siguen siendo una banda especial. Quizás su propuesta no sea apta para todos los públicos, pero tienen un estilo propio y una personalidad muy marcada. Así que viendo la respuesta del respetable no me extrañaría que no tarden mucho en regresar presentando su propio espectáculo.
Texto: Alfonso Díaz
EVERGREY
Tom Englund ha necesitado Dios y ayuda para mantener a flote a EVERGREY. Las idas y alguna venida de miembros han sido una constante, pero aun así, siguen conservando la personalidad que forjaron con su tercer trabajo “In Search Of Truth”. EVERGREY es una de esas bandas que se mueven un poco en tierra de nadie, es un pájaro, es un avión, son Prog, son Power?… Su seña distintiva es la oscuridad tanto lírica como instrumental, la cual forja su personalidad y les otorga un espacio propio más allá de etiquetas. Desde luego el éxito a los suecos no les ha acompañado, su propuesta no es fácil, pero ahí están. Y esa personalidad que antes comentaba, es lo que derrocharon sobre el escenario.
Recuerdo que Mr. Basa los trajo hace un buen puñado de años a Barcelona en una fiesta, y no dejaron a nadie indiferente. A veces el buen trabajo no se ve recompensado, pero cuál es la recompensa: ¿el éxito o el respeto? Imagino que la recompensa es ser uno mismo mientras pueda, y eso es lo que fueron EVERGREY en esa hora escasa, ellos mismos, es decir, elegantes e impecables en cuanto a ejecución y técnicamente precisos. El problema, el sonido del Rock Tent hizo que su actuación se desluciera con una bola de impurezas sónicas que impidió que la cosa arrancara. La carpa retumbó, no sé si sería un problema técnico o el exceso de watios. Mucha gente al ver tal percal decidió irse a ver a Dee Snider, pero la carpa tenía una considerable audiencia a pesar de todo, en cuyas primeras filas llevaron al grupo en volandas. No en vano los seguidores de sonidos más técnicos o si se quiere progresivos (pese a las múltiples acepciones del vocablo musicalmente hablando) no tenían mucho que rascar en esta edición del Rock Fest, así que EVERGREY era una apuesta segura.
El setlist empezó presentando tres temas casi consecutivos de su última obra (“The Storm Within” datada del 2016), pero la cosa se empezó a calentar con “Recreation Day”. A destacar la labor vocal de Englund durante toda la hora, un portento, y el valor añadido a su técnica en la calidad de las melodías. El resto de músicos, impecables, el escenario no daba para mucho, pero si que quizás estuvieron algo fríos. Por otro lado creo que los coros de Zander (el teclista) no deberían ser tan protagonistas, ya que por mucho empeño que ponga y apoye a Englund no me acaban de cuadrar.
A pesar del sonido, y la coincidencia horaria con Snider con la consecuente fuga de público, EVERGREY sacaron adelante su actuación con tesón, y como siempre, elegancia.
Texto: Àlex S. Cerro.
Fotos: Carlos Oliver
URIAH HEEP
En una primera jornada festivalera donde los lugares de honor estuvieron reservados para ACCEPT, JUDAS PRIEST y Ozzy Osbourne, parecía, a priori, el marco perfecto para que URIAH HEEP se reencontraran con el público barcelonés tras una larga ausencia de los escenarios catalanes. En principio el éxito estaba garantizado, y más si el repertorio de la banda se centraba casi de forma exclusiva, como así fue, en el material que facturaron a principios de la década de los setenta.
Pero, lamentablemente, la actuación de la mítica formación británica que lidera el incombustible Mick Box no acabó de convencerme. Pero no por la entrega, la elegancia y la actitud de una banda que se mostró en un buen estado de forma, sino por un sonido que no acabó de hacerles justicia y que acabó desluciendo su presentación.
Fueron recibidos de forma efusiva, como las leyendas que son, y salieron con muchas ganas y dispuestos a contentar y agradar a su nutrida representación de incondicionales, pero desde los primeros compases del show pudimos apreciar que tanto los teclados de Phil Lanzon como la voz de Bernie Shaw sonaban en un segundo plano, impidiéndonos apreciar todos los matices que encierran temas míticos como “Gypsy”. Afortunadamente, el repertorio escogido sirvió para que sus seguidores disfrutaran de la descarga, con un Shaw que tiró del carro para que la gente se implicara al máximo a la hora de acompañar con palmas “Look At Yourself”.
Como si de un viaje en el tiempo se tratase, nuestro periplo por la etapa dorada de los londinenses prosiguió con la siempre efectiva “Sunrise”, mientras que la elegida por Shaw para interactuar con la audiencia fue “Stealin´”, que se saldaba con un fantástico ejercicio solista de un Box que estuvo pletórico durante todo el show.
Nuevamente los teclados volverían a erigirse en protagonistas a lo largo de “July Morning”. La única licencia que se permitieron al material de las últimas décadas estuvo reservado para “Between Two Worlds”, el tema que dedicaron a David Byron y Gary Thain y que abría su obra de 1998 “Sonic Origami”. Mientras que para poner el broche definitivo a su show se reservaron “Lady In Black” y la marcha roquera del imprescindible “Easy Livin´”, que ponía al personal de nuevo a cantar.
No gozaron del mejor sonido de la jornada, una auténtica pena. Pero URIAH HEEP se esforzaron e hicieron todo lo posible para satisfacer a sus seguidores. Eso sí, teniendo en cuenta el repertorio escogido, debo admitir que me quede con ganas de escuchar un clásico como “Return To Fantasy”.
Texto: Alfonso Díaz
Fotos: Alvaro Ochoa
ACCEPT
Qué yo recuerde, pocas formaciones han sobrevivido tan bien a un cambio tan traumático como el de un cantante con personalidad tan propia y definida como fue la de UDO. El Sr. Tornillo (nunca un apellido fue tan bien parido) tiene la misma voz rocosa que el Sr. Udo, ambos parece que se pueden llegar a colapsar en cualquier momento pero no, nunca ocurre. Nueve años, cuatro discos y manteniendo el tipo tanto en plástico como en vivo. Pocos hubiesen apostado a favor de semejante circunstancia. Posición de lujo en el cartel mantenida y ganada a pulso, ACCEPT no vino a Barcelona a hacer prisioneros. Y de revivals y de giras remember nada de nada, que bien es cierto que muchos de los temas de sus cuatro trabajos, sobretodo “Blood Of Nations” miran de tú a tú a los viejos himnos de guerra.
Para mí la de ACCEPT, junto a la de JUDAS, fue la mejor actuación de la noche. ¿Fue una sorpresa? A estas alturas de la película no. Dos temas nuevos, “Die By The Sword”, “Pandemic” y luego nos cayó la del pulpo. Sonaron rocosos, afilados, poderosos, impecables. Costaba creer que los coros de Baltes, Hoffman, Williams y Lulis no fueran pregrabados, sus poses, coreografías, la forma de dominar al público… todo, estaba perfectamente estudiado, con un cariz ochentero y una experiencia que los auparon a lo más alto aquella noche.
“Restless And Wild” sonó tempranera, como un puñetazo bien dado, de esos que no te esperas, y luego “Princess Of The Night” a la frente con el público ya completamente entregado. Y cuando parecía que no podían caer más clásicos, venga otro (“Midnight Mover”), y otro (“Up To The Limit”), y otro (“Fast As A Shark”)… quieres más caldo? Pues toma “Metal Heart” con sobrada en el solo de Hoffman.
Pese a que el repertorio estuvo basado en su disco “Metal Heart” (tres cayeron) y trabajos adyacentes, hay que darse cuenta de que esta gente tienen clásicos para llenar tres horas de concierto. Y para acabar, una teóricamente nueva que ya está a la altura de las clásicas: “Teutonic Terror”, mágica, brutal, imponente. Por si quedaba alguno vivo, la desafiante y masculina “Balls To The Wall” dejaba poco espacio a la crítica.
Al quinteto se le veía no solo en una forma brutal, sino felices. Hoffman tiene la esencia de ACCEPT cuando el trauma del vocal huido es ya una anécdota; Baltes es una especie de maestro de ceremonias que se muestra jovial y agradecido, con una sonrisa siempre presente. El empuje del batería Williams es atronador, y Lulis que grabó en el pasado los discos más emblemáticos con GRAVE DIGGER no es precisamente un novato. Mark Tornillo, a sus 64 años (¿dónde estaba metido este tío antes de ACCEPT, en una caja de herramientas?), se ha echado a cuestas un repertorio mortal para una banda de primer nivel, con una soltura abrumadora pero al mismo tiempo con un carisma y humildad (sabe que Hoffman y Baltes son quienes mandan aquí) dignas de loanzas.
La felicidad que desprendían se palpaba. Y no es solo por la reacción de la gente, es que sabían que lo estaban cuadrando. Incluso a medias de su actuación negros nubarrones llenaron el cielo en señal de mal presagio, pero no jodamos, que son ACCEPT. Hasta los cielos al escuchar semejante tormenta terrenal se achantaron y dieron media vuelta.
Devoción absoluta no hay palabras para describir lo que estos cinco tipos hicieron sobre el escenario en una hora, lo pusieron patas arriba, y la sensación que tuve es que hasta a los mismísimos JUDAS PRIEST les costó conectar con la gente tras la descarga de ACCEPT.
Ahora bien, como todos sabéis, en todo lo bueno siempre hay un puntito negro, porque la perfección no existe. El único comentario crítico, así un poco de cuñado, se lo daría al hecho de que no arriesgan, juegan con doble red y todo está estudiado hasta lo extremo. Su repertorio lleva tiempo siendo bastante similar pese a tener clásicos para parar un tren ovejero. Si has visto varios conciertos de ACCEPT en los últimos tiempos, puede que salieras con la sensación de deja-vu, si hace años que no los has visto o es tu primer contacto, enhorabuena, lo has debido flipar.
Texto: Àlex S. Cerro.
Fotos: Alvaro Ochoa
Me pareció indignante que un grupazo como Uriah Heep (a los que además no habia visto nunca en directo todavía) y que un pedazo de vocalista como Bernie Shaw sonaran tan mal. Apenas se le oía a través del micro (al final hasta él mismo se desesperaba) y los teclados, encima en una banda como ésta, estaban muy tapados… En fin, este tipo de cagadas no deberían de ocurrir en un festival de este nivel y si la culpa fue de la banda, con la experiencia que tienen, me parece aún más incomprensible. Una pena.